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La huella que dejamos Clica Online

La Máquina del Árbol

Son máquinas increíbles, perfectas. Casi mágicas.

La máquina del Árbol

¿Alguna vez has admirado un árbol? ¿Le has dedicado unos minutos conscientes, abrazándolo, admirándolo o echándote una siesta bajo la sombra de sus ramas, observando cómo bailan con el viento?

Entonces habrás descubierto el poder de los árboles. Son seres superiores, seres que comunican, canalizan energías y trabajan para sustentar todo lo que les rodea. Los árboles sostienen las vidas que habitamos en este planeta.

Son máquinas increíbles, perfectas. Casi mágicas.

Son los pulmones del planeta.

Los árboles son catalizadores del ciclo del carbono. Digamos que para que todo funcione como debe funcionar, el ciclo del carbono comprende una secuencia de eventos que es clave para hacer que la Tierra sea el lugar que conocemos y amamos. En este ciclo los árboles juegan un papel fundamental.

Sin embargo, en los últimos dos siglos, desde la Revolución Industrial, las actividades humanas han alterado gravemente el ciclo del carbono, emitiendo a la atmósfera una cantidad de dióxido de carbono (CO2) que supera las fluctuaciones naturales. Además, la deforestación, el uso que del suelo hacemos los seres humanos y el cambio de superficie han llevado a la pérdida de biodiversidad, disminuyendo la resiliencia de los ecosistemas a las tensiones ambientales y su capacidad de remover carbono de la atmósfera.
Los árboles juegan un papel fundamental en todo esto.

Son protectores de la erosión.

Con sus raíces, los árboles actúan como sostenedores del suelo y con sus copas suavizan el impacto que produce la fuerza de las gotas de lluvia y del viento sobre unos montes que, de no contar con ellos, quedan arrasados y carentes de vida vegetal.

Son despensas de alimento.

Hojas comestibles, frutos convertidos en harinas, frutas que maduran año tras año… Es un sinfín de manjares los que los árboles ofrecen sin condiciones a todos los seres que habitamos sus ecosistemas, manjares que muchas veces los seres humanos infrautilizamos.

Pancho

Son hábitat y hogar

para una diversidad de seres increíbles, muchos de ellos al borde de la extinción. Para que te hagas una idea, se han contado hasta 250 especies habitando en un solo roble, y no son, ni de lejos, los únicos árboles que comparten y ofrecen sus recursos para la convivencia.

Son el sistema de aire acondicionado

Regulador de las temperaturas.

Son bombas en el ciclo del agua.

Juegan un gran papel en la regulación del ciclo del agua.

Son guardianes de la fertilidad del suelo

La máquina del Árbol

Son protectores de la erosión

Son despensas de alimento.

Ofrecen manjares a todos los seres que habitamos sus ecosistemas.

Pancho

Son hábitat y hogar

Para una diversidad de seres increíbles.

Son protectores de la erosión.

Con sus raíces, los árboles actúan como sostenedores del suelo y con sus copas suavizan el impacto que produce la fuerza de las gotas de lluvia y del viento sobre unos montes que, de no contar con ellos, quedan arrasados y carentes de vida vegetal.

Son despensas de alimento.

Hojas comestibles, frutos convertidos en harinas, frutas que maduran año tras año… Es un sinfín de manjares los que los árboles ofrecen sin condiciones a todos los seres que habitamos sus ecosistemas, manjares que muchas veces los seres humanos infrautilizamos.

Pancho

Son hábitat y hogar

para una diversidad de seres increíbles, muchos de ellos al borde de la extinción. Para que te hagas una idea, se han contado hasta 250 especies habitando en un solo roble, y no son, ni de lejos, los únicos árboles que comparten y ofrecen sus recursos para la convivencia.

Son el sistema de aire acondicionado regulador de las temperaturas.

Transforman el dióxido de carbono en oxígeno, regulando las temperaturas del planeta. Sin árboles, este gas, un gas de efecto invernadero ligado fundamentalmente a la quema de combustibles fósiles y el que más emitimos los seres humanos (en España, la mayoría de nuestra electricidad aún se genera a partir de recursos fósiles), se liberaría a la atmósfera, aumentando sus temperaturas e impulsando el calentamiento global. Además, con la sombra de sus copas los árboles cubren el suelo y protegen de los rayos solares fuertes todo lo que hay bajo sus ramas, bajando la temperatura y creando espacios habitables para los organismos del suelo.

Son bombas en el ciclo del agua.

Los árboles juegan un gran papel en la regulación del ciclo del agua. Son capaces de subir agua subterránea de profundidades a las que los seres humanos no llegaríamos y, con la respiración a través de sus hojas, transforman esta agua en humedad en el aire, generando vapor, nubes y, de ahí, lluvia, en un proceso que se denomina “reciclaje de precipitaciones”.

Son guardianes de la fertilidad del suelo.

Cuando sus hojas o ramas caen, los árboles alimentan al suelo con biomasa. Además, con sus raíces perfilan la estructura del suelo y así el agua puede filtrarse con facilidad.

Plantando árboles y devolviendo a la Tierra una parte de todos los que le hemos arrancado podremos devolverle el favor que nos hace y compensar nuestra huella de carbono. Podremos así modelar y predecir el impacto futuro del aumento en el nivel de dióxido de carbono y, por tanto, del calentamiento global.

Todavía estamos a tiempo.

Con La huella que dejamos nos proponemos ayudar a la Tierra a regenerar sus bosques, dejando nuestra huella en positivo, por nosotros y por quienes confiáis en nosotros, a través de la plantación de árboles que la arropen. Porque como individuos ya ejercemos nuestra responsabilidad ambiental, ahora les toca a las empresas realizar su labor. ¿Te apuntas?

¡Bienvenido a la Tribu verde!

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